En las fotos puede apreciarse el cambio de color en los cacharros pequeños; no es efecto de la luz, sino el efecto del calor sobre la arcilla...Por cierto, el cacharro grande cascó, cosa que sospechábamos antes de cocerlo pues tenía paredes demasiado gruesas.
Una vez que estamos seguros de haber permitido que los cacharros se han calentado bien (y gradualmente) necesitamos seguir con el proceso de seguir aumentando la temperatura, así que los colocamos en el centro de las brasas antes de construir una buena hoguera sobre ellos. En la cerámica primitiva, la paciencia es fundamental.
Y llega la hora de aumentar la temperatura.
Una vez extinguida la hoguera y asegurándonos de que los cacharros están de nuevo a una temperatura que se puedan manipular, evitando así el cambio brusco de temperatura, podemos comprobar el resultado de nuestro trabajo.
La cerámica primitiva (la habilidad de hacer tus propios cacharros usando materiales extraidos por nosotros mismos de la Naturaleza en los que poder cocinar o hervir agua) es algo que a menudo no se le presta demasiada atención, sin embargo pensamos que es algo bastante importante al no tener que depender de utensilios confeccionados industrialmente.
Seguiremos explorando este apasionante aspecto de las tecnologías primitivas hasta estar satisfechos completamente con los resultados cada vez que pretendamos realizar un cacharro con estas técnicas.